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Priapismo: Explicación de la mejora masculina

13 de septiembre de 2023

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El priapismo, un término que puede sonar a dios griego para los no iniciados, es en realidad una afección que dista mucho de ser divina. Se trata de una erección persistente, a menudo dolorosa, que puede durar más de cuatro horas y no está relacionada con la estimulación sexual. Aunque para algunos pueda parecer un sueño hecho realidad, en realidad se trata de una afección médica grave que requiere atención inmediata. Pero no se preocupe, ¡aquí estamos para explicárselo todo de forma lúdica y fácil de entender!

Antes de entrar en materia, pongámonos en situación. Imagina que estás en una fiesta y te han presentado el priapismo. No, no se trata de un dios griego, sino de una enfermedad. Estás intrigado, quieres saber más, y para eso estamos aquí. Conozcamos el priapismo.

Comprender el priapismo

Lo primero es lo primero: el priapismo debe su nombre a Príapo, el dios griego de la fertilidad, conocido por su pene permanentemente erecto. Al igual que el dios que le da nombre, el priapismo consiste en una erección prolongada. Pero, a diferencia del dios, no es un signo de virilidad o destreza sexual. Se trata de una emergencia médica que puede provocar daños permanentes si no se trata a tiempo.

Existen dos tipos de priapismo: isquémico (de bajo flujo) y no isquémico (de alto flujo). El priapismo isquémico es el más frecuente y se debe a que la sangre no puede salir del pene. El priapismo no isquémico es menos frecuente y suele deberse a una lesión en el pene o el perineo (la zona entre el escroto y el ano).

Priapismo isquémico

El priapismo isquémico, también conocido como priapismo de bajo flujo, es el tipo más común de esta afección. Se produce cuando la sangre no puede salir del pene, lo que provoca una erección dolorosa y persistente. La sangre queda atrapada en los cuerpos cavernosos, las dos regiones esponjosas de tejido eréctil que recorren la longitud del pene, provocando su rigidez y congestión.

Este tipo de priapismo puede producirse sin causa conocida en hombres por lo demás sanos, o puede estar asociado a otras afecciones médicas como la anemia falciforme, la leucemia o el uso de determinados medicamentos. El priapismo isquémico requiere atención médica inmediata para evitar complicaciones a largo plazo.

Priapismo no isquémico

El priapismo no isquémico, también conocido como priapismo de alto flujo, es menos frecuente y suele ser el resultado de una lesión en el pene o el perineo. Este tipo de priapismo no suele ser doloroso y se produce cuando una lesión en el pene o el perineo rompe una arteria, haciendo que la sangre fluya hacia el pene a gran velocidad.

A pesar del aumento del flujo sanguíneo, la erección no suele ser totalmente rígida y a menudo puede controlarse con opciones de tratamiento conservadoras. Sin embargo, sigue siendo importante buscar atención médica para evitar lesiones o complicaciones mayores.

Causas del priapismo

El priapismo puede estar causado por diversos factores, como ciertos medicamentos, el abuso de alcohol o drogas, lesiones medulares y determinadas afecciones médicas como la anemia falciforme o la leucemia. En algunos casos, se desconoce la causa del priapismo.

Entre los medicamentos que pueden causar priapismo figuran los utilizados para tratar la disfunción eréctil, la depresión, la ansiedad y ciertos trastornos sanguíneos. Las drogas recreativas, como la cocaína y el éxtasis, también pueden provocar priapismo. En algunos casos, el priapismo puede producirse después de ciertos tipos de intervenciones quirúrgicas, como la cirugía de próstata o vejiga, o después de ciertos tipos de procedimientos médicos, como la punción lumbar o la anestesia raquídea.

Medicamentos y drogas

Varios medicamentos y fármacos pueden provocar priapismo. Entre ellos se encuentran los inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5, que se utilizan habitualmente para tratar la disfunción eréctil; determinados antidepresivos y antipsicóticos; y ciertos medicamentos para la tensión arterial. Las drogas recreativas, como la marihuana, la cocaína y el éxtasis, también pueden provocar priapismo.

Es importante tener en cuenta que no todas las personas que toman o utilizan estos medicamentos experimentarán priapismo. El riesgo varía en función de factores individuales, como el estado general de salud, la presencia de otras afecciones médicas y el uso de otros medicamentos.

Enfermedades

Algunas enfermedades también pueden provocar priapismo. Entre ellas se encuentran la anemia falciforme, una enfermedad en la que no hay suficientes glóbulos rojos sanos para transportar el oxígeno adecuado por todo el cuerpo; la leucemia, un tipo de cáncer que afecta a los tejidos hematopoyéticos del organismo; y el mieloma múltiple, un cáncer de células plasmáticas.

Otras afecciones que pueden causar priapismo son las lesiones medulares, las infecciones genitales o pélvicas y ciertos tipos de tumores. En algunos casos, el priapismo puede producirse como complicación de una intervención quirúrgica o un procedimiento médico, como una punción lumbar o anestesia raquídea.

Tratamiento del priapismo

El tratamiento del priapismo depende de la causa, el tipo de priapismo (isquémico o no isquémico) y la duración de la erección. El objetivo principal del tratamiento es aliviar la erección y preservar la función normal del pene.

El tratamiento inicial del priapismo isquémico suele consistir en drenar la sangre del pene con una jeringa. Si esto no alivia la erección, pueden inyectarse medicamentos en el pene para contraer los vasos sanguíneos y reducir el flujo sanguíneo. En los casos graves, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para desviar el flujo sanguíneo del pene.

Drenaje y medicación

La primera línea de tratamiento para el priapismo isquémico suele ser la aspiración, que consiste en utilizar una aguja y una jeringa para drenar la sangre del pene. Esto puede ayudar a aliviar la erección y reducir el dolor. Si la aspiración no tiene éxito, pueden inyectarse medicamentos en el pene para contraer los vasos sanguíneos y reducir el flujo sanguíneo.

Estos medicamentos, conocidos como vasoconstrictores, pueden ayudar a aliviar la erección en la mayoría de los casos. Sin embargo, también pueden provocar efectos secundarios como hematomas, hemorragias o fibrosis peneana (aparición de tejido fibroso en el pene), por lo que deben utilizarse con precaución.

Cirugía

Si otros tratamientos no tienen éxito, puede ser necesaria la cirugía para aliviar la erección. Existen varias opciones quirúrgicas para tratar el priapismo, según la causa y el tipo de priapismo. Entre ellas se incluyen la cirugía de derivación, en la que un cirujano crea una nueva vía para que la sangre fluya fuera del pene, o la cirugía de implante de pene, en la que se implanta un dispositivo en el pene para permitir erecciones en el futuro.

Aunque la cirugía puede ser eficaz en el tratamiento del priapismo, también conlleva riesgos, como infecciones, hemorragias y cambios en la sensibilidad o la función del pene. Por lo tanto, la cirugía suele considerarse el último recurso tras el fracaso de otros tratamientos.

Prevención del priapismo

La prevención del priapismo implica en gran medida el tratamiento de cualquier afección subyacente que pueda contribuir al trastorno y evitar comportamientos o sustancias que puedan desencadenar un episodio. Esto puede incluir el control de los trastornos sanguíneos, evitar el consumo de drogas recreativas y el uso responsable de medicamentos para la disfunción eréctil.

Las revisiones periódicas con un profesional sanitario también pueden ayudar a prevenir el priapismo, especialmente en el caso de personas con afecciones que aumentan el riesgo de padecerlo. Durante estas visitas, el profesional sanitario puede controlar la salud de la persona y ajustar los planes de tratamiento según sea necesario para reducir el riesgo de priapismo.

Vivir con priapismo

Vivir con priapismo puede ser un reto, pero con un tratamiento y control adecuados, las personas con esta afección pueden llevar una vida sana y satisfactoria. Es importante que las personas con priapismo colaboren estrechamente con sus profesionales sanitarios para tratar la enfermedad y prevenir complicaciones.

El apoyo de los seres queridos también puede ser beneficioso. Hablar abiertamente de la enfermedad puede ayudar a reducir los sentimientos de vergüenza o aislamiento. Los grupos de apoyo, presenciales o en línea, también pueden ofrecer un espacio seguro para compartir experiencias y estrategias de afrontamiento.

Recuerde que el priapismo es una afección médica, no un defecto personal. Con el enfoque adecuado, puede tratarse eficazmente, permitiendo a las personas que lo padecen vivir su vida al máximo.

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